miércoles, 28 de enero de 2015

La desigualdad económica

Desde inicios de este siglo la desigualdad entre ricos y pobres ha sido cada día más grande. Sin embargo esta disparidad económica, solo servía para la noticia y las estadísticas. Pero las crisis económicas hicieron tambalear el estado de bienestar de muchos países desarrollados. Esto se profundizo en 2008 cuando se produjo una gran depresión económica, en los EEUU y continuo por todo el mundo, especialmente en Europa. Los norteamericanos al dejar de producir bienes, se dedicaron a sacarle provecho al proceso de globalización, basadas en las tecnologías de la información e informática, que privilegiaba la creación de servicios y la especulación. Esta ha sido una de las razones para que se crearan burbujas especulativas, como la inmobiliaria, que fueron insostenibles en el tiempo y su desenlace genero mayor acumulación de dinero en pocas manos y pobreza, desempleo, salvataje y austeridad en la mayor parte de la población. Este panorama ha servido para que el tema de la desigualdad, sea estudiado por muchos economistas de todo el mundo. En el 2014 el economista francés Thomas Piketty, publico su libro “El capitalismo del siglo XXI”, que fue un éxito editorial pero también fue muy bien recibido por los especialistas en los temas económicos y muchos políticos, entre los que destaca el presidente norteamericano Barack Obama. Otros comparan a este ya famoso libro, con el “Capital” de Karl Marx, publicado en el siglo XIX. Piketty, plantea el problema de la desigualdad en el reparto de la riqueza en el mundo, pero especialmente en Europa. La paradoja es que hay más riqueza que antes pero la brecha entre ricos y pobres se hace cada vez más grande. Por ejemplo en el 2014 el 1% de la población mundial acumulo el 48% de la riqueza producida en ese lapso y el 99% es decir casi 7 mil millones de habitantes viven en la pobreza o extrema pobreza. Es decir el inequitativo reparto de la riqueza en el mundo, es insostenible. Por eso en el reciente Foro Económico Mundial que se ha realizado en Davos, Suiza, el tema de la desigualdad ha sido uno de los puntos más importantes de la agenda de este foro. Ahora los políticos, hombres de negocios, economistas y sociólogos, tienen la tarea de acortar la brecha entre ricos y pobres. Hay más riqueza en el mundo pero son muy pocos los que tienen todo el poder económico. A pesar que ha surgido una gran clase media mundial, en países como China, India y también en nuestro país, que se benefician del crecimiento económico, las elites del mundo que se hacen más ricos se distancian de los otros sectores económicos de la población en forma permanente. En nuestro país con un crecimiento económico sostenido, la economía ha crecido, con una especie de capitalismo autóctono, que se basa en la informalidad pero que maneja una apreciable cantidad de riqueza. El crecimiento inorgánico de nuestras ciudades tales como Lima y Trujillo, alojan a una gran masa de comerciantes y pequeños fabricantes, que han salido de la pobreza y están en una situación expectante económicamente, pero su inercia empresarial informal rechaza directamente al capitalismo tradicional. Esta población emergente no tiene posibilidades como grupo de acceder a la categoría de la elite económica, que es muy pequeña y concentrada en un número reducido de empresarios. Quizás el surgimiento de la clase media, empuja hacia arriba para que los ricos concentren mucha riqueza y evitan que los pobres asciendan de status económico. Es decir este fenómeno sigue la misma tendencia del crecimiento que se produce en otros países, con leves alteraciones. Por eso también vemos en nuestras ciudades grandes desigualdades económicas y sociales de miles de personas. La pobreza y la extrema pobreza, está entre nosotros. Para estas poblaciones casi no existen atajos que les permitan dejar la pobreza y la inanición. Adicionalmente, la falta de techo, la mala alimentación, los deficientes servicios de salud y la desocupación, evitan el desarrollo social y económico de millones de personas en todo el mundo. Es decir las promesas de un mundo mejor para ellos se alejan inexorablemente. Esto debe cambiar para que haya más justicia en la distribución de la riqueza en todos los países del mundo. Según el premio Nobel de Economía Paul Krugman, si no cambian estas realidades, pasaremos por situaciones muy malas para todos en el futuro mediato. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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