jueves, 11 de diciembre de 2014

Defendamos al cerro Campana

El cerro Campana tiene el mismo valor cultural y arqueológico, que las huacas del Sol y de la Luna o la ciudad de Chan Chan. Sin embargo este imponente cerro, esta siendo prácticamente saqueado por una serie de agresiones y presiones demográficas que enfrenta en la actualidad. Para nuestros antepasados este cerro era sagrado y por su majestuosidad tenía el rango de Apu. Según los historiadores un Apu, es una montaña con vida y esta facultad les confiere la capacidad de influenciar en los ciclos vitales de las comunidades vecinas. En este caso las culturas moche y chimú, veneraban al Apu Campana, para que influyera ante los dioses de su parnaso dando protección a los pobladores, mejorando las cosechas, el abastecimiento de agua y también las faenas pesqueras y de caza. Desde esta dimensión el Apu Campana, presidia la vida de los moches y chimúes y por eso era muy reverenciado. Pero esta gran importancia de tiempos pretéritos, se ha perdido con el paso de los siglos hasta el presente. Por eso este importante apu pasa inadvertido para la mayoría de los liberteños. Aun los que tienen ocasión de visitar esta montaña, lo hacen simplemente como una actividad de solaz y muchas veces solo para depredar los múltiples bienes naturales y arqueológicos, que aloja sus pendientes y alrededores. La mayoría de visitantes no sabe el legado cultural y natural que aloja este macizo. Por nuestra falta de información y conocimiento no lo sabemos valorar a cabalidad. La riqueza natural que aloja el cerro Campana, es porque tiene las características de una loma costeña. Es decir que toda su vegetación es proveniente de la humedad de las neblinas, por eso reverdece a mediados del invierno y luego en tiempos estivales se seca la mayoría de esta vegetación. Por eso en el cerro Campana, existe una verdadera biodiversidad de especies animales y vegetales. Destacan en su fauna la vizcacha, el zorro costeño, el ratón silvestre, águilas de pecho negro y una gran variedad de otras aves, reptiles, además de una apreciable cantidad de flora natural. La presencia humana en este cerro data de épocas anteriores a las culturas moche y chimú. Hay muchas muestras de arte rupestre, como los geoglifos, que son figuras trabajadas sobre la superficie del suelo, algo parecido a las líneas de Nazca. Además se puede encontrar una serie de restos arqueológicos. Pero falta mucho por estudiar para develar los misterios que encierra todavía este particular cerro. Sería muy interesante que las autoridades locales, regionales y del gobierno central a través del ministerio de Cultura, propicien un estudio serio, planificado y de largo aliento tal y como sucede con la huaca de la Luna o Chan Chan, para darle valor a toda la potencial riqueza que tiene. Otra medida que se debe tomar es evitar que los vestigios que todavía existen no sean más depredados. Ademas las universidades de Trujillo, la UNT y las demás universidades privadas, pueden coadyuvar en estas actividades, que beneficiarían económicamente a muchos trujillanos pero respetando este paraje histórico y natural. Se podría crear un gran jardín botánico que incluya un vivero forestal para estudiar las especies vegetales que podrían servir como alimento para los seres humanos y también hacer investigaciones de las propiedades medicinales de estas plantas. La fauna de este cerro tiene potencialidades que ofrecer a los investigadores y estudiosos, como por ejemplo aprovechar la carne de las vizcachas y palomas silvestres, para consumo humano. Se podría estudiar sus hábitos para incentivar su reproducción y crianza en condiciones de semi libertad. Es decir es tiempo de convertir a este monumento natural en un gran laboratorio de investigación arqueológica, botánica, zoológica, medioambiental. Todo este conocimiento serviría para respetar este hábitat de muchas especies endémicas. También el orden y la protección de sus riquezas, haría muy atractivo la visita de muchos turistas tanto extranjeros como nacionales. El turismo ecológico es una gran veta que se puede explotar. Hay muchos turistas que solo vienen a tomar fotografías de los parajes naturales, así como de su flora, fauna y restos arqueológicos. Este gran potencial debería ser explotado para beneficio de nuestra región. Desde el punto de vista arqueológico este apu, fue escenario de sacrificios humanos hace más de 17 siglos, dentro de la impronta de la cultura Moche. Su majestuosidad podría atraer a muchas personas que practican el misticismo, porque este cerro tiene todas las características de ser un espacio reservado para la meditación y el misterio que encierra nuestra propia existencia. Los recientes hallazgos de geoglifos antropomorfos que han perdurado gracias a la protección de la flora, es otro punto que se debe tomar en cuenta para efectuar las investigaciones que este descubrimiento exige. Esta maravilla natural debe ser conservada de la agresión impune de muchas personas e instituciones que no respetan nuestro legado natural e histórico. Aun en estos tiempos los que visitan el cerro Campana, vuelven muy impresionados por la grandeza de este coloso pétreo que debe ser patrimonio de todo el país. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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