sábado, 25 de enero de 2014

Eyaculación precoz

Dentro de su programa anual de conferencias, de los integrantes de la Promoción Retorno 59 del Colegio Nacional de San Juan, tuvimos la oportunidad de escuchar la conferencia dictada por nuestro compañero de promoción, el Dr. Fermín Marchena Burgos, sobre un tema de gran actualidad como es el Trastorno de la Eyaculación precoz (EP). Nuestro amigo Fermín, es médico de familia y radica por más de 40 años en Madrid, España. La EP, es una disfunción sexual que afecta a casi un 40%, de la población masculina activa sexualmente. Debido a una serie de prejuicios sobre todo culturales y con sesgo machista, casi nadie quiere hablar del tema, a pesar que afecta a una gran cantidad de la población. Este mal es en algunos casos crónico, pero hay una gran probabilidad que a casi todos se le ha presentado este problema en algún momento de su vida. Hasta el momento la terapia farmacológica no es muy eficaz, porque todavía no hay una gran variedad de medicamentos específicamente diseñados para mitigar este trastorno sexual. Uno de los problemas es que el uso de muchos medicamentos no específicos para tratarlo, es que estos fármacos tienen muchos efectos secundarios. Sin embargo la reciente aparición de la dapoxetina, ha cambiado un poco el horizonte de abordaje de la EP, pues se trata del primer y único medicamento especifico para esta disfunción sexual, que se puede tomar con una anticipación de l a 3 horas de la relación sexual. Según los especialistas en este importante tema, para definir la EP se han utilizado diversos criterios, como son el tiempo que transcurre desde la penetración vaginal hasta la eyaculación, también se tiene en cuenta el numero de movimientos coitales, el control voluntario del reflejo eyaculatorio, la satisfacción erótica de la pareja y también la combinación de todos los criterios anteriormente citados. Según el criterio del tiempo que transcurre desde la penetración vaginal hasta la eyaculación, algunos autores han definido la EP en términos absolutamente temporales, dentro de un rango de 1 a 7 minutos de duración del acto sexual. Es decir que las personas que duran más de 7 minutos estarían libres de este mal. Sin embargo este criterio temporal a veces tiene su contradicción con el criterio de satisfacción de la pareja, la cual puede alcanzar el orgasmo en este lapso. A veces durar muchos minutos en un acto sexual puede no causar satisfacción en las parejas. Sin embargo la rapidez de la eyaculación por ejemplo dentro del rango de uno a dos minutos, puede ser considerada como una probable disfunción de EP. Según recientes estadísticas la EP es una de las disfunciones sexuales más frecuentes a nivel mundial y su tasa de prevalencia es muy alta. La EP afecta en promedio a un 30% de la población mundial masculina. Esto se agrava porque muchos hombres tienen temor de ir a una consulta médica para tratar este mal. El estudio global de Actitudes y Conductas Sexuales, realizado en 29 países sobre una población de más de 13 mil hombres y mujeres dentro del rango de edades de 40 a 80 años de edad, estableció una prevalencia de EP en el 27% de la población mundial. La incidencia más elevada de este mal se encuentra en las poblaciones del sureste asiático con casi 31%. Quizás por esta razón, hay tanta demanda de materia prima de afrodisiacos, como los que se dice se encuentran en los cuernos de los rinocerontes. Por esta gran demanda, esta especie está en peligro de extinción. Otra de las causas de la EP es el ritmo de vida agitado que existen en casi todos los países especialmente los considerados como integrantes del primer mundo, como EEUU, Europa, Japón y China. En estos países, gran parte de sus habitantes sufren de estrés, ansiedad, depresión, que afecta directamente la actividad sexual normal. Inclusive muchos fármacos para tratar estos males afectan directamente la actividad sexual. También el envejecimiento de los hombres, tiene incidencia en esta disfunción de la EP, sobre todo los que tienen problemas de próstata. Además los malos hábitos en nuestra alimentación y el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas prohibidas, inciden en el aumento de este mal, que parece ya una verdadera pandemia. En nuestro país la incidencia de esta disfunción afecta significativamente a los hombres de 30 a 80 años. Por esto es muy recomendable cambiar nuestros malos hábitos de vida para evitar estar incluidos dentro de los que sufren de EP. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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