miércoles, 30 de octubre de 2013

Todos los Santos en Celendín

Las festividades de Todos los Santos, son muy solemnes y están muy acendradas en el alma del pueblo celendino. Este fervor es general y todas las familias se preparan para celebrarlo como una forma de honrar a sus deudos fallecidos. La duración de esta efemérides dura dos días: El primero de Noviembre, se celebra el Día de Todos los Santos y al siguiente día, es decir el 2 de Noviembre es el Día de los Difuntos. Para el Día de Todos los Santos, las familias celendinas confeccionan los tradicionales bollos y guanacos que son panes con forma de una muñeca en el caso de los bollos y una especie de torito, que se le denomina guanaco. Estos manjares son generalmente de bizcocho aunque también hay con sabor salado. Estas figuras hechas de trigo, sirven para que muchos celendinos acuerden entre ellos un vínculo de padrinazgo. Esta relación es tomada muy en serio por los que hacen este convenio. Si un varón, quiere hacer comadre a una dama, tiene que enviarle un bollo en un reluciente azafate adornado con flores para solicitar esta gracia. La futura comadre, a su vez, está en la obligación de preparar en su casa un homenaje al nuevo compadre. Este homenaje comprende una invitación para almorzar y si el ánimo está muy animado, este ágape, puede terminar en un alegre baile hasta bien pasada la tarde. Igualmente sucede si una dama quiere hacer compadre a un amigo, esta tiene que enviarle un guanaco, con sus respectivos adornos. La vinculación del compadrazgo es muy fuerte y tiene igual importancia que un compadrazgo que se origina por el bautismo de un hijo. En la noche del primero, es decir en la víspera del Día de los Difuntos, antiguamente y quizás hasta la fecha, muchas familias hacen en su salas un altar con la foto de sus difuntos. Este altar es muy adornado con flores y velas que se quedan encendidas toda la noche. Pero lo más importante es que se pone en el altar todo tipo de comidas, que en esta vida le gustaban al difunto. Por ejemplo se coloca tamales, chicharrones, salchichas, cuyes, mote y la rica chicha de jora. Este altar es cercado a su alrededor por una senda de ceniza, con la finalidad de comprobar las “huellas” del difunto, que debe acudir esa noche a “comer “las viandas que le agradaban durante su vida terrenal. Al día siguiente, los deudos acuden al altar para “verificar” si sus difuntos han degustado las ricas viandas. A menudo sucede que muchos “vivos” aprovechan de la creencia de las familias para hacer de las suyas con estos sabrosos potajes. Pero como la tradición es más fuerte que la viveza, la costumbre sigue inalterable. Esto demuestra el cariño y veneración para el familiar que ha dejado este mundo. Durante el Día de los Difuntos, numerosas familias acuden a escuchar la misa en la Iglesia Matriz, para luego hacer una romería hasta el cementerio de la ciudad de Celendín. El camino hasta este campo santo está lleno de vivanderas o toldos donde se venden cuyes, chicharrones, tamales, chicha de jora, cerveza y gaseosas. Pero lo importante es llegar a la tumba de los familiares difuntos. Muchas familias van con sus almuerzos, cantantes y a veces banda de músicos. Llegados hasta la tumba familiar, se reza un responso y luego se canta acompañados por guitarras, violín o banda. Estos melodías son valses, boleros, baladas, huaynos y el incomparable Silulo de Celendín, que en vida le gustaban al difunto oír, cantar y bailar. Esta ceremonia es también el momento propicio para libar algunas copas de huashpai o yonque, cerveza o chicha de jora. Los familiares de los difuntos están obligados por el recuerdo a pasar largas horas “acompañando” a sus seres queridos en el Cementerio. Muchos almuerzan en el Campo Santo, como un tributo de afecto y recuerdo a los que partieron sin retorno de este mundo. Luego en la tarde los familiares retornan al pueblo. Muchos hacen una pascana en los toldos de las vivanderas para comer chicharrones, tamales y tomar la rica chicha de jora y la cerveza. Estas tertulias que son muy amenas sirven también para recordar muchas anécdotas e historias de los familiares que han fallecido. Como la tradición une a los paisanos, estén donde estén, aca en Trujillo la ACRET, fiel a este legado ha organizado esta conmemoración, que se llevara a cabo en su local, el próximo 3 de Noviembre. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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