jueves, 31 de octubre de 2013

La inseguridad ciudadana

La inseguridad ciudadana es un problema que afecta principalmente a todos los que vivimos en las urbes. Si estas son grandes como Lima o Trujillo, entonces la inseguridad es mayor y por eso se ha convertido en el más grave problema que afrontamos en el discurrir de nuestras vidas. Nadie se siente seguro ni en su propia casa. Las calles se han convertido en verdaderos campos de batalla donde los delincuentes de todo tipo hacen de las suyas. Andar de noche es exponerse a cualquier peligro que puede afectar nuestra propia vida. Los medios de comunicación son los sistemas que sirven a los extorsionadores a pedir cupos a sus potenciales víctimas o dinero a cambio de liberar a una persona que ha sido raptada. También puede ser utilizado para el engaño con la finalidad de exigir algún monto de dinero como recompensa por una supuesta víctima que ha sido confinada por estos delincuentes. Las denuncias de asesinatos, raptos, robos a mano armada, son pan de cada dia. La policía nacional y los contingentes municipales dedicados a la seguridad ciudadana, poco o nada pueden hacer para disminuir esta grave flagelo, que es la inseguridad ciudadana. Sin embargo antes de tomar algunas medidas que alivien por lo menos esta situación de inseguridad, es conveniente que sepamos quiénes somos y porque muchos actúan de manera delincuencial. Según los antropólogos sociales, el hombre al transformarse en un bípedo, dejo en libertad sus extremidades superiores con las cuales puedo manipular una serie de objetos que los uso como armas. Además nuestra condición humana, con un cerebro desarrollado para ejercer la violencia y que tiene más de 200millones de años de antigüedad nos predispone a ser sujetos violentos. La prudencia y la inteligencia emocional tiene solo una existencia de 200 mil años. Es decir le falta evolucionar mucho para que nos convirtamos en personas racionales y pacificas. También, según estudios neurológicos, la velocidad de las emociones violentas es 30 mil veces más rápidas que la razón. Este es el cuadro real de los seres humanos, tal como estamos configurados desde los tiempos más remotos de nuestra evolución como especie. Si a esto agregamos que las grandes ciudades, son espacios urbanos que se han formado sin ningún tipo de planificación ni orden. En Trujillo, donde solo deberían vivir 100 habitantes ahora viven 900 mil personas. El crecimiento irracional de la ciudad es producto de las migraciones que han formado una serie de urbanizaciones donde la gente vive hacinada. Esto provoca en casi todos los habitantes acciones violentas y actos antisociales. Las agresiones físicas, verbales y crímenes pasionales, violaciones, son muy frecuentes, producto de esta crispación de violencia que afecta a nuestra sociedad. Pero algo se tiene que hacer para disminuir la creciente y crónica ola de violencia urbana que provoca inseguridad. Según muchos especialistas en este tema, la mejor forma de enfrentar la inseguridad ciudadana, es organizando a la población por barrios para formar cuadros de rondas urbanas, con cierta similitud a las rondas campesinas de los andes cajamarquinos. En estos parajes, las rondas campesinas, han contribuido eficazmente a combatir el abigeato y todo tipo de robos. Eso también se puede replicar en Trujillo, Lima y otras ciudades del país. La solución de los actos delincuenciales es involucrar a todos los ciudadanos que nos vemos afectados por esta calamidad social. La unión de los ciudadanos con la policía Nacional y la policía municipal, puede dar buenos frutos en el corto plazo. A veces todos pecamos de egoísmo, porque evitamos auxiliar a una persona que es violentada por un grupo de asaltantes. Es que muchas veces por ayudar a una víctima, pasamos muchos problemas que nos pueden quitar el tiempo para defendernos ante la justicia. Por eso es perentorio que se reforme la legislación vigente relacionada con estos delitos. El actual primer ministro Cesar Villanueva promete orientar su gestión en solucionar el problema de la inseguridad ciudadana. Pero debe saber Villanueva que si no tiene el liderazgo suficiente ni la visión necesaria, su promesa quedara solo como una buena intención. Por el bien del país y de todos nosotros, esperamos que haga una política que involucre a toda la población para mitigar en el corto plazo este flagelo. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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