sábado, 27 de julio de 2013

El mito de la nueva economía

La nueva economía basada en las tecnologías de la información, la globalización de los mercados financieros, de productos y servicios, produjo una serie de cambios en el crecimiento económico de los países desarrollados, especialmente Estados Unidos y parte de Europa. En estos países, sus empresas basaban su competitividad y productividad en el conocimiento y la información. Pero esta ola súbita de desarrollo, hizo que las grandes corporaciones dejen de producir bienes. Casi todas estas entidades del llamado primer mundo, cambiaron su matriz productiva, por otra que se dedicaba básicamente a la creación de software y otros servicios. La producción de bienes, se instalo en los países con mano de obra barata, como fue el caso de China y los países del extremo oriente. Grandes corporaciones industriales de Estados Unidos, Japón, Corea y Europa, se instalaron en territorio chino para producir todo tipo de productos que van desde textiles, vehículos hasta equipos electrónicos y de telecomunicaciones. En occidente solo Alemania, no toco su infraestructura industrial y siguieron produciendo maquinarias y equipos de toda clase. Pero estas transformaciones no solo se dieron en el sector productivo y de ventas sino principalmente en los mercados financieros, que debido a la conectividad mundial, era una actividad muy usada por los grandes inversionistas, para especular como es el caso del financista norteamericano George Soros. Esta facilidad para invertir, creo una miríada de especuladores en los Estados Unidos, pues servía para obtener grandes dividendos en el juego de la mega ruleta mundial en que se convirtió las finanzas globales. Pero antes de que se produzca las crisis económicas que afectan a Europa y los Estados Unidos, todo el mundo miraba a estos países, como un ejemplo a seguir para salir de su condición de pobreza y subdesarrollo crónico. Sin embargo estos países tenían una gran restricción para poner en práctica este tipo de economía, que era la falta de personal cualificado en los nuevos conocimientos sobre tecnologías de la información e informática. Pero esta bonanza financiera y de servicios, produjo una serie de fenómenos irracionales en la economía mundial. Se crearon una gran cantidad de burbujas financieras que en diferentes periodos de tiempo estallaron en muchos países, tales como Tailandia, México, Rusia, Estados Unidos y muchos países europeos. Las consecuencias de esto son las crisis que ahora enfrentan Europa y los Estados Unidos principalmente. Las consecuencias de esta nueva economía afecta a la mayoría de las poblaciones de estos países. Hay una gran cantidad de parados que es muy preocupante. Por ejemplo en Estados Unidos, las personas que no tienen un grado universitario están condenadas a la desocupación permanente. Inclusive los norteamericanos con títulos universitarios, tienen dificultades en conseguir un empleo para sobrevivir. Otro grave problema de la gran desorientación del rumbo de los mercados financieros mundiales. No hay ninguna certeza hacia donde se dirigen. Ahora surge otro gran problema en la producción de bienes en China. En este país, su mano de obra está siendo cada día mas cara, porque han elevado su nivel de vida. Entonces para garantizar los mismos niveles de competitividad y productividad, las grandes corporaciones buscan otros países con mano de obra barata, como Viet Nam, Indonesia, México y Filipinas. Esto también causa mucha incertidumbre en los mercados financieros, pues no hay una gran certeza para asegurar sus inversiones. Los países en crisis, también están tomando una serie de medidas, para minimizar las especulaciones que solo han servido para enriquecer a muy pocos en el menor tiempo y para profundizar la gran brecha entre los pocos que tienen mucho y los pobres que son la inmensa mayoría. Por eso los profetas de esta forma económica, han retrocedido en sus teorías sobre como crecer económicamente aprovechando los grandes avances científicos y tecnológicos en boga. Pero dentro de este escenario mundial, sale a relucir la gran verdad que es tener la capacidad de producir bienes y servicios en cada país de acuerdo a su infraestructura industrial y de servicios y no estar posesionándose en países pobres, que tienen a una población que puede trabajar por salarios de hambre y jornadas de más de 14 horas diarias. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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