viernes, 23 de noviembre de 2012

Cooperativismo como alternativa a la crisis

Existe en el mundo desarrollado una creciente desilusión sobre las bondades del sistema capitalista, porque este no ha resuelto las graves crisis en que se encuentran la mayoría de países europeos y la poca activación de la económica norteamericana. Desde el 2008, el mundo se encuentra envuelto en una profunda crisis, que muchos expertos piensan es la crisis del mismo sistema. La violencia y la agitación social vuelven a ser protagonistas en varios países europeos, por la situación económica y social que ha sumido a las mayorías en la pobreza, el desempleo y la falta de oportunidades. Muchos analistas de esta situación piensan el resurgimiento de tendencias revolucionarias que puede borrar del mapa europeo su actual sistema democrático. Es que la gestión del dinero, del gran dinero, por parte de los banqueros y financistas, sin la debida regulación, ha provocado un megaforado, producto también de su desmedida ambicion, avaricia y pocos escrúpulos para gestionar el dinero de toda una sociedad. Esto también ha potenciado, el crecimiento desmedido de la banca paralela o shadow banking system, que mueve la gigantesca cifra de casi 70 billones matematicos de dólares, sin ningún tipo de control ni estar sujeta a supervisión y auditorias,lo que ha coadyuvado a que la crisis se propague y dure por un gran periodo de tiempo mas. Esto ha obligado a las poblaciones de Europa y Estados Unidos a buscar alternativas, para asegurar sus magros ingresos y la respuesta ha sido en impulsar el movimiento cooperativo. El Cooperativismo es una corriente internacional de larga data. Sus fundamentos apuntan a la cooperación entre todos sus integrantes en los aspectos económicos y sociales. Este movimiento trata de unir a los productores y consumidores para obtener mejores créditos, incentivar el ahorro y conseguir buenos precios de los bienes que son requeridos por los asociados. Las cooperativas promueven la ayuda mutua, incentivan el esfuerzo individual pero no egoísta, generan confianza, igualdad, equidad y solidaridad, entre sus miembros. Estos principios, que son contrarios a la forma de gestión de la gran banca, ha hecho resurgir el cooperativismo en Europa, Canadá y Estados Unidos. Por ejemplo en Inglaterra, las cooperativas de ahorro, crédito y producción están proliferando. Lo mismo que en muchos países de Europa, Canadá y Estados Unidos. Este sistema de ayuda mutua ha mostrado su gran resiliencia para afrontar la crisis financiera actual. Además es una muestra de que el capitalismo financiero que está en la mira de millones de personas que sufren las consecuencias de sus malos actos, tratan de buscar respuestas en los lazos de solidaridad que son el sustrato fundamental del movimiento cooperativo. Según un estudio sobre este movimiento, su crecimiento ha sido vertiginoso y alcanza el 20% anual desde el 2009 en los citados países desarrollados. Al contrario de lo que sucede con los bancos que no crecen y se mantienen gracias a los salvatajes que obtienen de sus gobiernos y entidades financieras multilaterales. Es que nuevamente el cooperativismo hace posible que miles de sus asociados puedan ahorrar y tener créditos para empezar pequeños negocios tales como agricultura orgánica, energías renovables, restaurantes y pequeños tiendas de ventas de comestibles. Como los intereses son muy bajos en comparación con la banca tradicional, el índice de morosidad también es mínimo. En este aspecto, se nota el sentido de responsabilidad de la mayoría de sus asociados. También el sistema cooperativo en esos países desarrollados tiene una gran influencia en la generación de empresas que son amigables con el medio ambiente y también impulsan políticas que apuntan a menguar el cambio climático imperante. Su incursión en el mundo financiero y de negocios les abre una miríada de posibilidades a todos sus asociados, en esta época de crisis financiera. Es decir el movimiento cooperativo está creciendo a tal punto que muchos piensan que pueden también tener una expresión política y social como respuesta y solución a los problemas creados por el sistema imperante en Europa y el norte de América. La organización democrática de cientos de miles de personas que activan este sistema, haría posible que tengan una representación política, tan importante como los ciudadanos agrupados en los partidos ecológicos y ambientalistas. Esto es una muestra que las personas que se adhieren a este movimiento, pueden salir de la crisis, creando trabajo digno para miles de personas y satisfaciendo el consumo con productos naturales, orgánicos, de buena calidad y costo adecuado. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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