viernes, 12 de noviembre de 2010

Festival electoral

Pasadas las elecciones regionales y municipales, ahora, le toca el turno a las elecciones presidenciales y congresales. Por eso, en estos días, somos testigos del lanzamiento de una serie de candidatas y candidatos. Los ya proclamados son Mercedes Araoz, por el APRA y Alejandro Toledo por Perú Posible. Pero también se encuentran en campaña, sin haber sido oficialmente lanzados, Luis Castañeda Lossio, Keiko Fujimori y Ollanta Humala. Un hecho anecdótico, ha sido el lanzamiento apresurado y al parecer sin consenso de Daniel Córdova, por el PPC. Como siempre las personas de a pie, no tienen ninguna participación en la elección de estos candidatos y esto demuestra el total divorcio entre los aspirantes presidenciales y la masa ciudadana. Las cúpulas partidarias en general, basan sus estrategias en posicionar a su respectivo candidato, para medrar con su probable popularidad y así ganar cupos en las listas de estos partidos o alianza para tentar alguna posibilidad de salir elegidos como congresistas. Nadie hace un planteamiento serio de un plan de gobierno bien estructurado, sino que esta opción programática, es reemplazada por hechos efectistas, como por ejemplo la continuidad de las políticas del actual régimen, a través de Mercedes Araoz, cuyo pensamiento político y económico, la coloca en la extrema derecha de nuestro espectro político. En este caso, los voceros apristas, como Jorge del Castillo, salen a desmentir que su candidata sea derechista sino que es Toledo el derechista. Esta afirmación, es realmente alucinante, porque achacando la posición política de Toledo, no absuelve a la Araoz de su posición derechista. No tiene nada de malo ser derechista, sino tratar de confundir a la población, para ganar réditos políticos. Porque es muy fácil de demostrar que el actual régimen tiene una orientación derechista. Otro aspecto preocupante, es el uso político partidario, de parte del gobierno, de las obras que está ejecutando y que según los anuncios es de 130 mil. Si nos atenemos a esta cifra, las obras concluidas después de 4 años de este gobierno o sea 1460 días calendario, serian a razón de 90 obras diarias y las inauguraciones podrían durar unos 5 años más. Esta es una tremenda desinformación, que demuestra el poco respeto a la opinión pública. Nos creen personas sin sentido crítico, pues de otra manera no habría este tipo de anuncios, al parecer sin sustento. Es que si tuviéramos una real cultura política, el electorado no podría ser sorprendido con tanta facilidad, como ahora. Por eso, creemos necesario la renovación total del liderazgo. Para poder alcanzar esta renovación, en todas las agrupaciones políticas, sería conveniente, que se practicara la democracia efectiva dentro de estas agrupaciones para elegir a sus candidatos. Otra medida, seria la no reelección presidencial ni congresal. Es por todos conocidos, que muchos políticos usan el poder, para su propio beneficio y el de sus allegados. También es sabido que el poder corrompe y marea y es como una droga muy difícil de erradicar de las ambiciones de las personas que hacen política. Por eso la tentación de perennizarse y medrar en estos cargos es muy grande cuando existe la posibilidad de la reelección. Sin reelección se tendría a personas que trabarían mejor durante el tiempo que dura su mandato, sin esperar nada a cambio. Porque, la exhibición de las obras, de los alcaldes o del gobierno central, solo sirven ahora, de trampolín para lanzarse nuevamente a la piscina electoral y tentar con ventaja sobre sus contendientes, que no han tenido la oportunidad de gobernar. Todos los políticos han empezado sin esta experiencia gubernativa y no puede ser usada para desmerecer a sus contrincantes.
Por Manuel J. Villanueva
Catedrático

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