lunes, 15 de noviembre de 2010

En torno a un escándalo

Creemos que toda noticia que tenga que ver con la moral publica, debe recibir el mismo tratamiento de parte de la prensa, pero sin llegar al escándalo. Esto no ha sucedido con la noticia donde se ha visto involucrado un sacerdote, practicando sexo con su empleada. Por muchos días varios medios de prensa televisivo, escrito y radial, se han explayado mostrando las imágenes grabadas y dando a esta lamentable noticia ribetes de escándalo. Lo que se ha conseguido con esto es alimentar el morbo de nuestra población, en especial de los jóvenes y niños. Esta forma de hacer noticia, basada en el escándalo, es propio de la llamada prensa amarilla y debe ser eliminada de todo tipo de medios de comunicación. Por el contrario, en casi la misma fecha, se publico una denuncia relacionada a un pastor evangélico, que había abusado sexualmente de 25 adolescentes. La noticia fue publicada en las páginas interiores de algunos diarios y en forma muy escueta. Creemos que no hay un rasero que iguale en forma objetiva, la forma de difundir una noticias Pero en todo caso es necesario manejarla con prudencia. Esto no quiere decir que se deje pasar las cosas. En el caso del sacerdote, su conducta a trasgredido los votos de castidad que juro al ordenarse y con esto ha defraudado a sus fieles y a sus creencias. Estos hechos carnales, que son naturales en todo ser humano, deben servir para que la iglesia, tome las medidas mas adecuadas en lo que respecta al celibato. Si ampliamos el espectro sobre la moral pública, podemos colegir que muchos personajes con poder y dinero, también infringen con frecuencia el lindero que separa lo moralmente correcto de lo inmoral, sobre todo en asuntos del sexo. Sin embargo, en estos casos, la prensa hace oídos sordos de estos affaires y no les da la cobertura debida. Si queremos ser críticos, debemos también exigir coherencia moral a todos estas personas en su relaciones intimas, cuando ejercen un cargo público que se sustente en la voluntad popular. Todas estas personas tienen que dar el ejemplo, para elevar la moral pública y mejorar las relaciones sociales de la comunidad. En otros países, como Estados Unidos, la sociedad norteamericana, exige a sus líderes políticos, una hoja de vida intachable. Si por algún caso, se detectara una trasgresión a la moral, inmediatamente son sancionados. El caso más saltante, es lo que le paso a Bill Clinton, en su affaire con la pasante Mónica Lewinski, con quien tuvo ciertos actos cercanos al sexo, en el salón oval de la Casa Blanca. Este hecho bochornoso, casi le cuesta la presidencia a un político carismático como es Clinton. Es decir la moral pública norteamericana es muy exigente con sus líderes, que hasta la mentira es sancionada. Sin embargo en nuestro país, este tipo de noticias “amorosas”, realizadas por personas relacionadas con el poder político, no tienen la misma importancia ni es motivo de crítica tanto por la prensa nacional como por la opinión pública del país. También cuando, un medio de comunicación se atreve a sacar una noticia, relacionada con un desliz amoroso de un personaje público, esta novedad, es tratada con mucha prudencia, para evitar el escándalo. Esperamos que en el futuro, los medios de información televisivo, radial y escrito, tengan mas cuidado para dar a conocer esta clase de noticias, que por lo demás, no configuran ningún tipo de delito.
Por Manuel J. Villanueva

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