domingo, 4 de marzo de 2018

Trump y la democracia

El presidente norteamericano Donald Trump, es conocido por tu talante autoritario, provocador y fanático defensor de su democracia. Este temperamento es aupado porque es el presidente de la más grande potencia económica y militar del mundo. Pero también porque Estados Unidos, se vanagloria de ser un país donde impera la democracia, donde hay elecciones presidenciales cada cuatro años y existe la independencia de poderes. Aunque el sistema de elecciones no es tan democrático, porque los presidentes no los eligen directamente los ciudadanos sino a través de colegios electorales. Por eso todos los medios occidentales y sus clases políticas tienen como un dogma la existencia de una democracia en los Estados Unidos. En este contexto nadie en nuestros países, podría considerar a Donald Trump, como un político alejado del sistema democrático, sino todo lo contrario. El actual presidente norteamericano, aprueba todos los regímenes democráticos que existen en el mundo, aunque muchos no son tan democráticos como parecen. Esto sucede en países latinoamericanos como Honduras, donde su actual presidente Juan Orlando Hernández, ha sido reelecto en unas elecciones fraudulentas, a tal punto que la OEA, critica esta elección presidencial También en nuestro país, vemos que las elecciones se ganan con la inversión de grandes sumas de dinero. Por este hecho hay cuestionamientos sobre la conducta moral de los cuatro últimos gobernantes del país y también del actual porque habrían recibido coimas de la firma brasileña Odebrecht, para sus respectivas campañas electorales. Es decir para ganar una elección, no se requiere ser una persona honesta, preparada, ecuánime y con condiciones de liderazgo sino tener una gran cantidad de dinero, para hacer una campaña teñida por el asistencialismo y las dadivas orientadas a captar votos entre la población muy humilde. Como la mayoría de electores pertenecen a los estratos más necesitados del país. entonces los estrategas de estas campañas millonarias, incentivan la compra de conciencias y para esto se valen de contratar avisos en todos los medios de comunicación, en especial la televisión y distribuir, dinero, alimentos, tapers, polos, gorras y otros ítems que son bien recibidos por los potenciales electores de los sectores más humildes. Esta forma de elección no puede ser llamada democrática, porque los candidatos no son los más idóneos. El poder del dinero, aunque sea de orígenes turbios, deciden las elecciones en nuestro país y en la mayoría de los países del mundo. Sin embargo, Donald Trump, está de acuerdo con esta forma de democracia, porque se ajusta a los intereses estratégicos de su país. Pero en forma contradictoria, acaba de alabar la perpetuación en el poder del presidente chino Xi Jinping. Es decir Xi, se convertirá en un dictador porque se elegirá indefinidamente para regir los destinos de China. También en China, se hacen elecciones donde solo interviene el Partido Comunista de ese país. Entonces no hay democracia para elegir a los gobernantes del coloso amarillo. Esta dictadura, es encomiada por el presidente norteamericano Trump y además dice que esta práctica autoritaria y antidemocrática la puede replicar en los Estados Unidos. Para ningún político que se autocalifique de demócrata, la situación en China, puede considerarse como algo encomiable, como sistema político, sino debería concitar las críticas a esta forma de perpetuarse en el poder. Pero las realidades geopolíticas obligan hacerse de la vista gorda porque China, es una gran potencia mundial. Según lo dicho por Trump, su país, que se autocalifica de la cuna de la democracia, podría seguir los pasos de China, de acuerdo con los anhelos de este empresario metido en politica. Pero lo grave es el doble rasero de tiene Trump, para calificar a los gobiernos del mundo, especialmente de América Latina y el Caribe. Por un lado apoya la dictadura en China, pero critica acremente a los gobiernos de Nicolás Maduro de Venezuela o de Raúl Castro en Cuba, por considerarlos como dos dictaduras. Trump y muchos gobiernos de este continente, hacen una serie de exhortaciones, especialmente a Venezuela para que respete las reglas democráticas, en la elección de sus gobernantes, aunque en el país llanero haya tenido múltiples elecciones con una oposición muy beligerante y con medios de comunicación que critican a Nicolás Maduro. Además el gobierno norteamericano, trata de sacar al actual gobernante venezolano, aunque sea valiéndose de un golpe de estado propiciado por los militares y con apoyo de los Estados Unidos. En estos momentos la situación venezolana es muy crítica, tanto por los errores de Maduro pero también por una serie de medidas, económicos y diplomáticas lideradas por EEUU, que afectan la gobernabilidad y el suministro de alimentos y medicamentos a su poblacion. A estos los gobiernos de Venezuela y Cuba, Trump y sus seguidores en nuestra américa, los descalifican y procuran que haya un cambio político, a como dé lugar, pero no hace nada en esta misma dirección cuando se trata de China. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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