lunes, 2 de julio de 2012

Hacer fácil lo complejo

Muchos especialistas en cualquier materia, tienen problemas de comunicación, cuando de explicar sus temas se trata. Utilizan palabras rebuscadas o de la jerga de su especialidad y tratan de hacer demostraciones abstractas usando la herramienta matemática si el caso lo amerita. Pero en conclusión, los receptores de estos mensajes, se quedan pasmados porque no hallan comprensible lo que se quiere comunicar. También hay otros expertos, que a falta de mayores argumentos y profundidad en conocer el tema a su cargo, se adornan con un lenguaje abstruso que solo significa su debilidad, inseguridad y poco conocimiento del tema a su cargo. Por eso muchas conferencias, reuniones de trabajo y coordinaciones donde asisten una apreciable cantidad de personas, no cumplen el objetivo de hacer entender lo que se expone. Lo más importante que deben tener en cuenta todo tipo de conferencistas, profesores, gerentes o líderes, es llegar eficientemente a su auditorio. Para esto es necesario, conocer bien el tema a tratar y emplear palabras y frases simples pero con un alto contenido de información. Es también indispensable, generar confianza en el auditorio, para que la comunicación sea fluida. Todo mensaje, por mas difícil que sea, puede ser transmitido, recurriendo a las palabras simples y objetivas. Esto quiere decir que la materia expuesta, está bien desarrollada y cumplirá sus objetivos que es la comunicación y comprensión de la mayoría de personas que asisten frecuentemente a este tipo de reuniones. También es necesario utilizar, solo como complemento material audiovisual de cualquier género. Ahora que está de moda usar los artilugios electrónicos de última generación, estos solo deben servir como auxiliares. Porque en muchas ocasiones, los equipos electrónicos, pasan a ser los actores principales de una reunión y no debe ser así. Hasta la fecha, no existe un reemplazo efectivo para comunicarse, en este tipo de eventos que el ser humano. El éxito de hacer los mensajes fáciles, tiene su comprobación más eficaz y eficiente, en Japón. En este país, los mensajes más difíciles, se transmiten con ideas muy claras y puntuales. Por ejemplo el termino de calidad, que en occidente, ocupa grandes volúmenes de estudios, los japoneses lo definen con unas cuantas frases y lo resumen como la secuencia diaria de “ser puntuales, ser limpios, ser ordenados, ser ahorrativos, ser rápidos”. Si un grupo o colectividad, hace hábito de este mensaje, los efectos serian mejores en todo tipo de actividades. Si esto lo pondríamos en uso a nivel Trujillo, los resultados serian extraordinarios. Y como se ve se necesita pocas palabras, pero claras y mucha actitud para cambiar. En Estados Unidos, y por extensión en Occidente, este mensaje ocuparía muchas páginas y casi nadie lo entendería y mucho menos lo practicaría. La simplicidad en el trato con los demás, es muy beneficiosa para todo tipo de organización o país. Sería conveniente que todos nosotros nos dediquemos a revisar la forma como nos comunicamos con los demás y quizás, este esfuerzo mental nos permitiría encontrar vetas lingüísticas, insospechadas. Así nuestras conversaciones no serian “un diálogo de sordos”, sino una casi perfecta comunicación que es la base de una buena convivencia humana. El ser humano que se comunica claramente y usando términos simples, es siempre atractivo en cualquier tipo de reuniones, tanto amicales como profesionales y académicas. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional @manueljvillanue

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