viernes, 13 de julio de 2012

En defensa de Celendín

En estos tiempos de dura prueba Celendín junto con otros pueblos de Cajamarca, como Bambamarca, se han convertido en sinónimo de lucha consecuente por la defensa de sus recursos naturales, especialmente el agua y la biodiversidad. Estas poblaciones, saben en carne propia, lo que significaría la puesta en marcha del tristemente célebre proyecto minero Conga, pues actualmente, Celendín por ejemplo, ya sufre escasez de agua, producto de las perforaciones diamantinas que han dañado irreversiblemente el tejido hidrogeológico de las zonas altas de esa provincia. También han malogrado parte de los bofedales que son esponjas de agua que nutren los manantiales que luego se descargan en los ríos, especialmente el Sendamal. Por eso, el multitudinario apoyo de las poblaciones celendinas y de otros pueblos de la región cajamarquina. Es aleccionador ver que en la protesta que ya dura desde el mes de noviembre pasado, los habitantes junto a muchos religiosos y religiosas, salen a manifestar en contra del malhadado proyecto. Desde Lima, las bravatas de los gobernantes, tratan con esta postura de confundir a la opinión pública, diciendo que esta actitud ciudadana es consecuencia de “extremistas”. Ademas los corifeos y medios de comunicación adictos a la minería, hacen eco y desinforman a la ciudadanía en general. Se basan en las encuestas, donde casi un 50% de la población quiere la ejecución de este proyecto. Pero una cosa es mirar el problema desde la capital y otra es estar viviendo en las zonas aledañas al proyecto como son Celendín, Huasmin, Sorochuco, Molinopampa , Bambamarca y otros pueblos de Cajamarca. El sambenito de “que la riqueza es de todos los peruanos”, es una falacia, pues todos saben que esta riqueza se irá a engrosar las arcas de los propietarios del dinero que son en su mayoría extranjeros o peruanos sin cariño por el terruño que los vio nacer. Es que el capital no tiene fronteras ni principios. Por eso son constantes los escándalos que provocan la inmensa ambición y desenfreno en el manejo del capital. Estas personas, se abstraen de la realidad y actúan solo para satisfacer sus propios deseos sin pensar en la desgracia de los pueblos cajamarquinos. Además es lamentable que Humala, salga en defensa de los intereses egoístas y amenace a pueblos pacíficos, con la represión y la violencia. Por esta causa, han muerto cinco personas, cuatro de las cuales son hijos de Celendín amen de decenas de heridos y detenidos. Todo esto ha sido causado por la intransigencia del gobierno y la falta de liderazgo para solucionar el conflicto. Se ha visto que la fuerza de las armas no superan a la fuerza de los hechos basados en la verdad y confirmados por estudios científicos relativos al agua. En este aspecto, no se trata de construir reservorios simplemente, porque se ha demostrado que un reservorio anexo a Yanacocha en Cajamarca, no tiene una sola gota de agua. También la oferta de dar agua, surge solo porque hay un yacimiento minero en Celendín y Bambamarca, porque si no existiera este prospecto no habría ninguna oferta de hacer los mentados reservorios a costa de secar cuatro lagunas, que también han sido maltratadas por este proyecto desde hace 6 años. Otro punto a considerar es la actitud prepotente de los funcionarios de este proyecto con la población y su entorno. Nos referimos al yacimiento de Yanacocha, en Cajamarca, que explota esta mina de oro por 20 años y con graves consecuencias para las poblaciones aledañas y el ambiente. Esperamos que las cinco muertes, y las decenas de heridos, que son un atentado contra los Derechos Humanos de la población, no sean en vano y que se paralice este proyecto definitivamente, pues es la voluntad de los pueblos de Celendín, Bambamarca y Cajamarca. No hay que olvidar: La voz del pueblo es la voz de Dios. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Twitter: @manueljvillanue

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