martes, 12 de julio de 2011

La guerra de las corrientes

Esta contienda no está referida a la pugna incesante entre las corrientes del Niño y la de Humboldt, que acontece a lo largo de nuestro litoral sino a la pugna que ocurrió en los primeros años del siglo XX, entre los inventores Tomas Alva Edison y Nicola Tesla. Esta confrontación, fue sobre el tipo de transmisión eléctrica que era la más eficiente. Alva Edison, estaba seguro que la transmisión debería ser a través de la corriente directa, mientras Tesla, opinaba que lo más eficiente y práctica era la transmisión de la corriente alterna. El tiempo le ha dado la razón a los planteamientos técnicos de Nicola Tesla, pues en todo el mundo se conduce la electricidad con la tecnología alterna. Sin embarga esta genial inventor, Tesla, de origen Serbio, ha sido religado al olvido a pesar de sus grandes aportes al desarrollo y crecimiento de la energía eléctrica. Esto puede deberse a que Tesla no nació en los Estado Unidos como Alva Edison y también porque cuando llego como inmigrante a este país, fue empleado de Alva Edison. Tesla se distinguió por sus audaces concepciones tecnológicas relacionadas con la Electricidad. Su oposición a usar la corriente continua, le costó el puesto en la compañía de Alva Edison. Fue otro ingeniero norteamericano George Westinghouse, quien lo contrato, pues estuvo interesado en desarrollar la corriente alterna, tanto para su conducción y también en la fabricación de material y dispositivos eléctricos. Nicola Tesla, sostenía, que la electricidad no solo era para ser usada en las bombillas eléctricas sino que su proyección alcanzaba una gran variedad de dispositivos, tal como se puede apreciar en la actualidad. Creía que, era posible transmitir todo tipo de señales eléctricas sin utilizar cables conductores. Esta elucubración se ha cumplido en parte con la transmisión de una serie de señales, que son comunes en las telecomunicaciones. Todavía no es posible, transmitir la energía eléctrica por este sistema. Pero el reto está planteado, para los hombres de ingenio que se dedican a desarrollar aun más la Electricidad. Sin los aportes singulares de Tesla, no sería posible disfrutar de todas los artefactos eléctricos y electrónicos que usamos cotidianamente. La transmisión de señales eléctricas para comunicarnos y disfrutar de la red de redes o Internet, la televisión de alta definición, los teléfonos celulares y todo tipo de artefactos, son la muestra patente del legado de Tesla. Sin embargo, este ingeniero serbio, no ha sido reconocido, ni siquiera por los especialistas en la tecnológica eléctrica. El gran público, solo conoce en este campo al inventor Tomas Alva Edison, porque invento la bombilla eléctrica. Este artefacto que prolongo la iluminación de los días, es un pálido aporte en comparación a lo hecho por Tesla. Por eso en estos días, la comunidad ingenieril de los países industrializados, tales como Estados Unidos y Europa, están reivindicando a Nicola Tesla, para sacarlo del injusto olvido. Es que hasta en los reconocimientos a grandes hombres, hay un cierto sesgo que tiene que ver con el origen o nacionalidad del inventor. Este chauvinismo, es perjudicial, pues la opinión pública, tiene una falsa percepción de los ingenieros, que realmente hacen sus geniales aportes para el progreso de la ciencia y la técnica. Muchos de estos científicos no pertenecen por nacimiento a los grandes países tales como Estados Unidos o Europa. En nuestro país existen científicos que actualmente trabajan en los centros de investigación de los países desarrollados y hacen sus aportes para hacer progresar la ciencia y la tecnología. Esperamos que sean reconocidos tanto por sus pares como por la opinión pública, para no merecer el injusto olvido del genial Nicola Tesla.
Por Manuel J. Villanueva

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