Las computadoras cuánticas

La actual revolución informática, cuyo ladrillo principal es el transistor, inventado por William Shockley, Walter Braitten y John Bardeen, en 1947, fue posible gracias a la aplicación de los principios de la Física Cuántica, Desde la década del 60 del siglo pasado, este dispositivo semiconductor, se ha ido reduciendo el tamaño, en los circuitos integrados, utilizados en múltiples aplicaciones de equipos electrónicos, sobre todo en las computadores de toda clase, hasta llegar a una reducción de 3200 veces en relación al tamaño original de un transistor. La velocidad de reducción de tamaño, la grafico muy bien el matemático Gordon Moore, cuya ley empírica, que lleva su nombre, pronostica que la duplicación del numero de transistores, en un circuito integrados, se efectúa cada 18 meses. Con esta velocidad, la cantidad de estos dispositivos electrónicos, estarán masificados en tamaños realmente muy pequeños. Es decir estamos llegando al límite de lo que concebimos como materiales semiconductores. Esto en cuando al hardware de las computadoras, pero en cuanto al software, que usa una lógica determinista basada en los bits, que solo tienen dos posibilidades 0 y 1, se ha construido una verdadera arquitectura, que ha potenciado el uso de estos equipos en toda actividad humana. Sin embargo, hay propuestas y estudios, para ir más lejos y crear otro tipo de computadores, cualitativamente y cuantitativamente diferentes a los ya conocidos y mencionados. Se trata de usar las potencialidad que encierra el uso de la Física cuántica , para diseñar computadoras. Estos equipos que todavía están en la etapa inicial, usarían como unidad de información los qubits(acrónimo de quantum bit). Las futuras computadoras cuánticas, borraran el actual paradigma computacional clásico, para cambiarlo por otro, cuya base será el mencionado qubit. En el mundo de lo infinitamente pequeño, donde el átomo es un verdadero cosmos, los eventos naturales se dan en forma diferente a lo que nuestro sentido común dicta. El qubit, es una opción donde, de acuerdo con los cuanta, probabilísticamente, puede ser 0 y 1 a la vez. Esto se experimenta diariamente en los laboratorios donde se estudia los fenómenos aplicando la física cuántica. Es decir, para el diseño de las futuras computadores cuánticas, se da sentido a lo probabilístico en vez de lo determinista, que es lo que gobierna los métodos y programas de la actual informática. Todavía está lejano el día, en que podremos tener acceso a este nuevo tipo de computadoras, pero ya se están diseñando los primeros prototipos, como el que se ha diseñado por un investigador austriaco, con el uso de 8 fotones. De acuerdo con la teoría, la potencialidad de este nuevo tipo de computadoras, será de gran capacidad y velocidad de procesamiento de casi todo tipo de información. Otra ventaja, se daría en la transmisión de información altamente confidencial, utilizada por los bancos, centrales de inteligencia y otros tipos de negocios, que ahora no tienen la suficiente certeza, sobre la seguridad de la información transmitida. Es decir la criptografía, hallaría un sentido más real con el uso de las computadoras cuánticas. También, se puede ahorrar tiempo en diferentes tipos de cálculo, que ahora son muy lentos. Se puede, por ejemplo calcular los factoriales de 10 mil números, que ahora, utilizando todas las computadoras del mundo, insumiría un tiempo igual a la edad del universo, la computadora cuántica, procesaría esta información en tan solo 8 segundos!. Esto es realmente asombroso y demuestra la gran potencialidad de este nuevo tipo de dispositivo. Pero el día de su puesta en uso práctico está un poco lejano. Según algunos físicos, como el peruano Dr. Enrique Solano Villanueva, el plazo es de unos 25 años. Estamos hablando de los 2030 de nuestro siglo. Esperemos que los avances científicos y tecnológicos se den, para que con la ayuda de estos equipos, solucionemos una serie de problemas científicos, tecnológicos, ecológicos y económicos, pero teniendo en cuenta el bien de toda la humanidad.
Por Manuel J. Villanueva