miércoles, 23 de noviembre de 2016

La importancia de los idiomas nativos

En estos tiempos de la casi homogenización de la humanidad teniendo como base el proceso de globalización ayudado por las tecnológicas de la información, salen una serie de movimientos de personas que se oponen a esta estandarización de las sociedades porque nos quitan nuestra propia identidad y origen. Esta tendencia se ve con mayor nitidez en el renacimiento de una serie de idiomas que prácticamente han desaparecido en muchos países del mundo. La extinción de los idiomas originales tiene similitud con la extinción masiva de las especies a causa del cambio climático vigente y producido por el ser humano, aunque la desaparición de los idiomas nativos fue por imposición de otras lenguas de los pueblos dominantes, por las migraciones o por el mestizaje, ocurrido a lo largo de la historia humana. Sin embargo, actualmente hay una corriente y dedicación de muchas personas o colectivos para revivir muchas lenguas, que actualmente se hablan muy poco o han desaparecido en varios países, especialmente de Europa. En Inglaterra, donde el idioma oficial es el inglés, existen otras lenguas nativas que se han puesto en vigencia a pesar de las pocas personas que lo hablan, como por ejemplo el cornico o el manx que lo hablan menos de mil personas o en Laponia, el inari. Hace más de 65 años, con ocasión de la fundación de Israel, el pueblo judío revivió su idioma ancestral, que es el hebreo y ahora es su idioma oficial. Inclusive tienen un alfabeto especial para escribirlo. Otro idioma bíblico, que podría renacer es el arameo, que fue la lengua hablada por Jesucristo hace más de dos mil años. Es que hablar un idioma original para una serie de pueblos es un símbolo y también porque es una riqueza cultural, que potencia el crecimiento espiritual de estos grupos y les da una verdadera identidad. Además cada idioma tiene una serie de conceptos, ideas y frases que les son propias para comunicarse o describir su entorno. Esto difiere de un idioma a otro pero enriquece a todos los seres humanos dentro de una verdadera diversidad cultural. Hablar un idioma propio también ayuda a tener una visión diferente de la vida y porque hace conocer mejor las raíces de donde proceden los diferentes pueblos. Es decir los idiomas originales son un gran apoyo para conocer nuestra historia, porque propicia la formación de seres humanos más auténticos, originales y orgullosos de sus ancestros. En nuestro país, se habla por lo menos 150 lenguas nativas, pero ninguna de ellas se hablan en la costa, región donde vive la mayoría de los 30 millones de peruanos. Antes de la llegada de los españoles en la costa habían muchas lenguas de los pueblos mochica, chimú, tallan, nazca, paracas y de otras etnias. Pero esta profusión de lenguas ha desaparecido por la imposición de una lengua extranjera, que es el castellano, hecha por los conquistadores y ahora por falta de apoyo de los gobiernos en alentar el renacimiento de nuestros idiomas originales. Las lenguas nativas deben tener la misma importancia que el español, porque es una herencia cultural que afianza la identidad de los grupos humanos que conforman nuestro país. Cada lengua da a sus hablantes una visión diferente del mundo, lo que es una verdadera riqueza para todas las sociedades y por eso hay que tratar de revivirlas. Felizmente hay incipientes proyectos, entre estudiosos peruanos, que tratan de hacer renacer muchos idiomas que se hablaban en la costa, como es el caso de la lengua muchik y ojala que pronto se pueda hablar, escribir en nuestra región, dentro de un futuro cercano. Pero se requiere una verdadera decisión política para que florezcan nuestros idiomas originales. Para este efecto el estado como política cultural debe considerar a nuestro país, como un estado plurilinguistico y dar a cada uno de nuestros idiomas su verdadero valor. Podríamos empezar por difundir el Quechua y el Aimara, que es hablado por unas 5 millones de personas, en nuestro país y también todas las lenguas amazónicas. Esta política de apertura y respeto a las lenguas nativas por parte del estado hará más democrática a nuestra nación. Asimismo ayudaría a que muchos juzgados no humillen a compatriotas que no hablan bien el castellano porque, sus procesos se realizarían usando sus lenguas originales, como el quechua, aimara o algún idioma amazónico. Esta propuesta no es utópica, porque es posible hacerlo y porque cada idioma es una verdadera riqueza, que ayudaría mucho a nuestro desarrollo social, económico y cultural. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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