jueves, 26 de septiembre de 2013

Perú país minero

En la reciente convención minera, Perumin, realizada en Arequipa, Ollanta Humala, ha declarado que el Perú, es un país minero, sintonizando con todo el empresariado dedicado a explotar nuestra riqueza minera, cuyas reservas no son renovables. Si nos atenemos a nuestra historia, este territorio que se llama Peru, solo desde la venida de los españoles, priorizo la extracción de minerales, principalmente oro y plata, porque ese era el objetivo de los ambiciosos españoles, que vinieron a nuestro territorio solo con el afán de hacerse ricos con lo sustraído en estas tierras, pero llevándolo a España y Europa y gozar de sus caudales mal habidos. Los ibéricos, siguieron las vetas que había en muchos socavones, explotados anteriormente en forma racional y prudente, por las etnias indígenas. La codicia de los conquistadores de llevar en el menor tiempo todo el oro y la plata que existían en nuestras minas, hizo que miles de campesinos que se dedicaban a la agricultura, fueran obligados a realizar labores de extracción de minerales en todos nuestra cordillera. En ese tiempo de conquista y coloniaje, se hizo famoso, por su riqueza de plata, el cerro de Potosi, ubicado en lo que es ahora territorio boliviano, donde los ibéricos, sacaron ingentes cantidades de plata. Esta mina fue la más grande y rica en plata del mundo en ese tiempo. La extenuante labor minera, a la que no estaban acostumbrados los nativos, produjo una gran mortandad. Esto obligo a una gran rotación de contingentes humanos para reemplazar a los desaparecidos con el fin de seguir el ritmo de extracción de estos minerales preciosos. Por esta inhumana labor sucumbieron cientos de miles de quechuas, aimaras y de otras etnias, debido al trabajo esclavo, que se hacía en los socavones con jornadas de trabajo diarias de más de 12 horas en un ambiente de gran humedad, oscuridad e inseguridad. . En tiempos antes de la colonia, los incas y pre incas, hacían labores mineras para conseguir oro, plata y cobre que los usaban en cantidades suficientes en orfebrería, ornamentación y en la fabricación de utensilios y aperos agrícolas. Es decir lo minería era una actividad secundaria, sin mucha importancia económica al contrario de lo que sucedía con la agricultura, que era la base estratégica de toda su economía, porque de ella dependía todo el engranaje social, político, económico y militar de esta gran región. Es decir nuestros antepasados fueron agrícolas y no mineros. Según muchos historiadores este territorio se llamo Tahuantinsuyo y con este nombre sus habitantes pertenecientes a diferentes etnias autóctonas, se dedicaron a domesticar y cultivar una serie de especies vegetales y animales, para cosechar los frutos de la tierra, de acuerdo con los climas y áreas agrícolas en este difícil territorio que es muy agreste y quebrado. Gracias a su comprensión de los diferentes nichos ecológicos por parte de nuestros antepasados, se pudo domesticar una serie de vegetales y animales para el consumo humano. Este gran trabajo fue hecho con sacrificio, conocimiento de los diferentes suelos y eventos meteorológicos que ocurren en este impresionante territorio. Este gran dialogo telúrico hizo que moches, chimús, tiahuanacos, paracas y luego los incas quisieran a la tierra llamada “pachamama” y a sus productos. Es por todos conocidos que gracias a este esfuerzo nuestros antepasados domesticaron la papa, que es un tubérculo, con más de 2500 variedades y tambien el maíz en muchas de sus variedades. En el siglo XVIII el consumo de papa y maíz se hizo universal junto con los cereales como el trigo y el arroz. Es decir que el 50% de los principales alimentos de la humanidad provienen de nuestro territorio. Ahora en este siglo de muchos cambios, los alimentos son vitales para nuestra supervivencia en la Tierra. Si bien la minería, es una importante actividad económica, los pasivos ambientales que deja como secuela en todos los lugares donde se establecen son negativos. Todavía no hay una tecnología que evite el uso explosivos, minimice el ruido, los microsismos, el polvo, la contaminación del agua, los terrenos y la afectación de la calidad de vida de los habitantes que viven cerca de los yacimientos mineros. Además las reservas mineras tienen un horizonte de solo 30 años de explotación. Después, solo quedaran inmensos huecos, pobreza, contaminación, para el país y sus habitantes. El que siempre saldrá ganando con nuestros minerales, como en tiempo de los españoles, serán los grandes inversionistas. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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