miércoles, 25 de septiembre de 2013

La provincia de Celendín

Celendín, es una de las trece provincias de la región de Cajamarca. Por su ubicación geográfica en una de las grandes puertas para acceder a la Amazonia. El puerto de Balsas, que en línea recta, está a solo 20 Km de Celendín, es el lugar por donde discurre el rio Marañón, que fue inmortalizado por el gran escritor Ciro Alegría, en su novela titulada “La serpiente de Oro”. En efecto este rio arrastra entre sus aguas partículas de oro, que desde antaño, lo extraen los habitantes de las zonas aledañas. Pero Celendín, tiene muchos más recursos, siendo el más importante, la cultura de su gente, que es muy altiva, trabajadora, emprendedora y con mucha capacidad para lograr grandes cosas, tanto para ellos mismos como para Celendin, Cajamarca, Trujillo y todo el país. Los celendinos que se encuentran en todas las regiones del país, hacen patria y contribuyen desarrollo económico, comercial, cultural, educacional y de salud en todos los lugares del país donde se asientan, tal como es el caso de Trujillo. Por esas razones, hace 151 años, en 1862, durante el gobierno de Ramón Castilla, el congreso de la república de entonces, y a pedido del celendino y prócer de la independencia, Coronel Juan Basilio Cortegana, aprobó la ley de creación de la Provincia de Celendín. Este reconocimiento tuvo como justificación la importancia política, cultural y estratégica de Celendin, tanto para el departamento de Cajamarca como para todo el Perú. Durante el tiempo transcurrido desde su creación, Celendin, se ha desarrollado y crecido en población, pero aportando con la calidad de sus hijos al crecimiento del país. Uno de los episodios más importantes se desarrollo en 1881, dieciocho años después de su fundación, durante la guerra con Chile. Las hordas chilenas, después de infligir y tomar Lima, se atrevieron a hollar nuestro territorio. En esta luctuosa jornada, llegaron hasta Cajamarca, donde los patriotas celendinos y de otras localidades de Cajamarca, repelieron valientemente las ambiciones chilenas de tomar toda esta aguerrida región. La valentía de la juventud fue determinante para que el enemigo de media vuelta, sin siquiera pisar un ápice de la linda tierra celendina. Este hecho histórico, demuestra que cuando hay graves eventos, que afecten directamente a la provincia de Celendín, sus habitantes siempre estarán a la altura de cualquier reto. El tiempo ha cambiado, pero todavía existen una serie de problemas por resolver, muchos de ellos ocasionados por su crecimiento natural. Ahora la guerra es por el agua, vital elemento que como las papas guagalinas valen más que el oro. Es que este atractivo mineral, solo tiene valor por la voluntad de los seres humanos, pero no resuelven el hambre ni la pobreza de la región. Es conocido por todos que cuando los españoles le pidieron al inca Atahualpa, en Cajamarca, que les de un cuarto lleno de oro y dos cuartos de plata, este soberano, no tuvo ningún empacho en otorgarles lo que pedían los ambiciosos españoles. Otra hubiera sido su respuesta si estos ibéricos le hubieran pedido al Inca, papas, maíz y cuyes, considerados por nuestros antepasados como sagrados porque servían como alimento de todos los habitantes del Tahuantinsuyo. A pesar que la geografía celendina, no tiene muchos campos aptos para el cultivo, sin embargo, lo poco que se tiene en materia de tierras, se los debe potenciar para asegurar la dieta alimentaria de toda esta región. En este siglo, la agricultura extensiva y de monocultivo, no resuelve eficazmente el problema del abastecimiento alimentario de toda la población. Los expertos apuestas por el cultivo de pequeñas parcelas donde se siembra las diferentes variedades de papas, el maíz, las ocas, las mashuas, los pajuros y la crianza de cuyes y auquénidos, que en Celendín desaparecieron por la falta de visión histórica de los españoles. Ahora se trata de repoblar las jalcas y otros espacios naturales con hatos de vicuñas, alpacas, llamas y otras especies propias del lugar. De esta forma Celendín, tendrá un mejor desarrollo social y económico, con el aprovechamiento de todas las especies de la flora y fauna que son muchas de ellas propias de esta hermosa provincia. Esperamos que los años por venir sean fecundos para todos los celendinos. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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