El ejemplo de José Mujica

José Mujica Cordano, más conocido como Pepe Mujica, es el actual presidente de la Republica Oriental del Uruguay, que se ha ganado los titulares de muchos medios, por su peculiar manera de ser. Se le conoce también como “el presidente más pobre del mundo”, por su vida austera y metódica. Sin embargo Pepe Mujica, dice que él no es pobre porque tiene todo lo que desea con su magro sueldo de 2000 dólares, que le bastan y sobran para poder vivir el y su esposa Lucia Topolanski. La posición que ostenta, podría haber cambiado su manera de ser, pues el alto cargo le permitiría vivir lleno de lujos y ostentación, como hacen otros políticos que llegan a ser presidentes de la república. Pero Mujica, no ha cambiado para nada su forma usual de vida. Es muy realista, y sabe que el poder es efímero y que se lo debe usar solo para beneficiar a los que menos tienen, por eso vive en su casa de campo, tiende a secar sus ropas en un tendal a la intemperie, cocina junto a su esposa y maneja su antiguo carro Volkswagen, que en este caso hace honor a su nombre, porque es el carro del pueblo para que lo conduzca Pepe Mujica. Su apariencia es la de un abuelo bonachón, de un hombre bueno, sencillo hasta la pared del frente, humilde y de un hablar lento, sin estridencias pero cada una de sus palabras son un dechado de sabiduría. Sus orígenes políticos tienen que ver con la lucha guerrillera del movimiento Tupamaro de Uruguay, donde el participo como un militante, en acciones guerrilleras, que lo llevaron a refugiarse en la clandestinidad, porque los aparatos represivos de su país, lo buscaban para apresarlo. A pesar de que tomo las armas para derrocar al poder, Mujica, se ha convertido en un verdadero demócrata y ha sido elegido por el pueblo uruguayo por una amplia mayoría. Ahora su presencia es noticia obligada en los lugares donde asiste en representación de su país, como ha sido en la última reunión del CELAC-UE, realizada en Santiago de Chile. A esta reunión Pepe Mujica, llego en un vuelo comercial como el más humilde de los presidentes que asistieron a esta importante reunión. Es decir mientras casi todos los presidentes o jefes de gobierno llegaban en sus aviones privados, don Pepe, lo hacía como cualquier turista de visita a otros países. Esta ocasión le sirvió a Mujica, para exponer sus ideas políticas que por innovadoras son dignas de tomarse en cuenta. Según este mandatario, la política está retrasada con respecto a los problemas que afronta el mundo. La contaminación ambiental, la infelicidad, la soledad, la angustia y la desesperación que sufren millones de seres humanos no encuentran una verdera solución en la acción política en el mundo. Por eso hay tanto desajuste social. A casi nadie le interesa, resolver estos problemas porque encararlos significaría ir contra los grandes intereses, que alientan que las cosas sigan tal como están. La grave contaminación ambiental requiere de un enfoque político innovador, para evitar que la humanidad perezca víctima del calentamiento global vigente que es culpa del modo de producir y consumir los bienes de la tierra. La gran incidencia de suicidios en el mundo fruto de la soledad y la angustia, es otro grave problema que trasciende los límites de lo que se conoce como procesos de salud mental. Este mal social es más que eso y no hay políticas efectivas actualizadas, para mitigarlo. Igual sucede con la infelicidad del ser humano, que puede tener todas las comodidades materiales pero el ámbito social no da los elementos para practicar la solidaridad, la cooperación y en realidad hacer la vida más humana. En la actualidad, hay una verdadera crisis de valores morales, que propicia el egoísmo, la violencia, la mala educación, la ignorancia y la competencia sin freno. Según Mujica, el ser humano quiere compartir con sus congéneres una serie de materias e intereses sociales, para hacer de su vida algo valioso. En este contexto, salen a relucir los valores de la amistad, la solidaridad, la comprensión, para ayudar a los que necesitan aliento, guía y consejo. Solo así, en el mundo todas las sociedades, tendrán la posibilidad de dar a sus habitantes las condiciones para alcanzar la ansiada paz basada en el respeto y la justicia. Ojala que este ejemplo lo sigan los políticos peruanos, para ganar el respeto y cariño de la población. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blospot.com