lunes, 19 de septiembre de 2011

El Aero club de Trujillo

Desde la antigüedad, el hombre ha sentido el impulso de volar. Es que nuestros antepasados, al observar que sus vidas dependían casi íntegramente de los fenómenos naturales, producidos por los astros del firmamento, tenían mucha curiosidad para desentrañar los misterios de estos eventos naturales. El día y la noche con luz, eran identificados con el sol y la luna. Es por eso que casi todas las civilizaciones, ungían como dioses a estos cuerpos celestes. Una noche sin luna llena, daba una sensación de misterio y muerte, a pesar de lo estrellado que pudiera estar el cielo. Para poder interpretar estos cambios meteorológicos, nuestros ancestros crearon los mitos y es en nuestra cultura inca, donde aparece el dios Illyapa, que era el dios del trueno, del tiempo que se pasaba volando por el espacio desde la tierra hasta el “rio celestial”, que era nuestra vía láctea. La tradición de volar, está muy arraigada en nuestra cultura y por eso en los inicios del siglo XX, después que los hermanos Wilbur y Orville Wright, cumplieron su sueño de volar en un primitivo avión a motor, el 17 de diciembre de 1903, en Estados Unidos, el peruano Jorge Chávez Darnell, en un aeroplano Bleriot, cruzo los Alpes, en 51 minutos, desde la aldea suiza de Brigue hasta la ciudad italiana de Domodosola, pero debido a los embates del viento, sufrió un fatal accidente, para luego morir heroicamente, el 27 de Setiembre de 1910. Sus últimas palabras fueron: ¡Arriba siempre Arriba! También, durante todo el pasado siglo han destacado numerosos aviadores peruanos, tales como el Capitán FAP José Abelardo Quiñones, quien murió heroicamente, un 23 de Julio de 1941,en el conflicto con el Ecuador, el CAP Carlos Martínez de Pinillos, trujillano, quien inicio formalmente la aviación comercial en el país y en América Latina. Con estos antecedentes aeronáuticos, la colectividad trujillana, no podía ser ajena a este legado y así se funda el Aero club de Trujillo, por iniciativa de un grupo de visionarios trujillanos, desde hace casi 60 años. Esta entidad, está reconocida oficialmente, mediante Resolución Suprema del 7 de Enero de 1957. Durante este tiempo esta entidad ha desarrollado una fructífera labor tanto en las áreas de instrucción, como orientadas al esparcimiento de muchas familias trujillanas. De sus alas, han egresado pilotos de elite, tales como Carlos Ramírez Castillo, considerado en su época como uno de los mejores pilotos del Perú. Además, también cabe mencionar a los pilotos instructores Wellington Troncoso, Pedro Arroyo Farías y Hugo Alvarado, cuya habilidad en el manejo de todo tipo de aviones es recordada por los especialistas en el tema aéreo. En su época dorada, el Aero Club de Trujillo, contaba con 7 avionetas de instrucción, un hangar en el aeropuerto de Huanchaco y hacia una serie de actividades tales como el concurso de cometas y vuelos en el espacio aéreo trujillano para distracción de la colectividad. Lamentablemente este auge ha decaído con el tiempo, a pesar del entusiasmo de su actual presidente el Dr. Alberto Goicochea Iturri. Por eso hacemos un llamado a las autoridades gubernamentales, para que apoyen el surgimiento del Aero Club de Trujillo, pues su funcionamiento, permitiría la formación de pilotos civiles, técnicos en aviación y otras especialidades afines. De esta forma se honraría a nuestros héroes del aire, al conmemorarse el 23 de Setiembre, el “Día de la Aviación Civil del Perú”•.
Por Manuel J. Villanueva
Ingeniero Electronico

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