jueves, 11 de febrero de 2010

A merced de las lluvias

La lluvia, es un fenómeno atmosférico, muy usual, en nuestra serranía y siempre es bienvenida, en esas latitudes, sobre todo por los agricultores, pues sirve para garantizar el buen cultivo y la optima cosecha de muchos productos comestibles. Es decir estas precipitaciones se convierten en una verdadera bendición, porque garantizan el normal abastecimiento de alimentos a las ciudades y otros centros poblados. En este caso los habitantes de Trujillo, dependemos fuertemente del flujo diario de todo tipo de productos que nos brinda la tierra. En nuestra serranía, todo tipo de construcciones, tienen la debida estructura para defenderse de las lluvias.
Pero esto no sucede acá, porque todavía pensamos que las famosas lluvias no son fenómenos a tener en cuenta. Por eso somos víctimas de los graves problemas que ocasionan las lluvias tanto a los habitantes de Trujillo, así como a casi todo tipo de construcciones. A pesar que nuestras autoridades conocen de la inminente ocurrencia de precipitaciones, tal como las actuales, no han tenido la suficiente capacidad, para realizar labores de prevención y evitar no solo el fastidio de inundaciones de calles, avenidas, casas y edificios sino la paralización de algunos servicios esenciales. Casi todos los habitantes de la ciudad, han sufrido las consecuencias de este fenómeno atmosférico. Es que la clásica resistencia al cambio de los responsables en la gestión y manejos de muchos servicios, para adecuarse a la realidad presente, ha impedido actuar con realismo y con medidas eficientes que estén a la altura de esta circunstancia. Los expertos, han pronosticado que las lluvias serán casi todo este mes, Además, se conoce que el microclima de Trujillo, ha cambiado: Ya no podemos jactarnos que nuestra ciudad posee el clima primaveral de antaño. Es decir experimentamos, un verdadero cambio climático, cuyas causas son conocidas por nuestras autoridades y parte de la opinión pública. Otro aspecto, es la falta de una verdadera planificación y control que contemple la ejecución de obras de prevención, para afrontar con seguridad, las futuras precipitaciones pluviales. Creemos que las obras de mejoramiento de calles y avenidas deben contemplas la construcción de sistemas efectivos de desagüe y también en la construcción de casas, edificios e instalaciones que brinden servicios a la población. Sin embargo esto no se tiene en cuenta hasta hoy. Por eso es lamentable que las lluvias, provoquen muchos inconvenientes a toda la población trujillana. Es fácil constatar, porque lo sufrimos, que las lluvias conviertan a las calles y avenidas en verdaderos riachuelos y casi todas las casas donde moramos e inmuebles donde funciones muchos servicios públicos, hayan casi colapsado. El caso mas patético es la paralización de labores, el pasado jueves, del Hospital Regional Docente, perjudicando la atención medica y hospitalaria de cientos de pacientes. Las instalaciones de este hospital, se habían convertido en verdaderas piscinas y lodazales donde era imposible dar atención médica o realizar chequeos, tales como en el servicios de rayos X, ecografía y afines. La humedad producida por la lluvia, había afectado el suministro eléctrico, que permite el funcionamiento de muchos equipos. Esto es una demostración real, que demuestra que no hay una verdadera planificación, que contemple la ocurrencia de estos fenómenos naturales. Ya es hora de evaluar la realidad actual, para tomar medidas efectivas que tiendan a paliar las consecuencias de este fenómeno natural. Desde el presente todo tipo de obras civiles, eléctricas y mecánicas, tienen que contemplar el factor lluvia dentro de sus respectivos diseños. Solo así podremos estar confiados, que las futuras lluvias no nos afectaran demasiado.
Por Manuel J. Villanueva

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